viernes, 4 de octubre de 2013

No pertenezco a este lugar. Sin embargo no puedo vivir sin el.



Ni siquiera lo pienso, la idea de tenerlo en mente la mayor parte del tiempo repele cualquier deseo.
No necesito pararme a respirar. No necesito tener presente la idea de dejarlo atrás, mi ansiedad me come los sueños, se apodera de ellos cuando veo fijamente un firmamento que me grita desde lejos, no estás sola.

Brillan, tanto y tan fuerte, gritando en el deseo de callar, callando en el deseo de gritar eternamente ideas que han visto desde tiempos efímeros, desde que todo el mundo olvido, desde que en mi faz se hizo presente la caída de un cuerpo más etéreo y amorfo que mi imaginación. 

No pertenezco a este lugar. Sin embargo no puedo vivir sin el.