Este cabello negro, largo y enmarañado, marcaria el fin de lo que existió entre mi almohada y el sueño inconcluso comiéndome la piel, me adormece... lento, pero de una buena vez por todas.
El mismo dolor de hace unas horas me oprime en vientre una vez mas, mientras me remuerde el pensamiento el no haber dormido unas horas antes. Veo fijamente los rayos de luz filtrarse por las sabanas en busca de un suspiro, los noto, aun mas aprisionados que yo en este dolor que no me ah dejado en paz ni por un minuto.
Viro... y ciegamente pienso en lo que ah pasado de un tiempo aca, en que te extraño mas que a nada. Suplicando a algo que aun no comprendo, el que estés bien.
Vuelvo a virar... mientras me oculto mas abajo intentando esconderme, me entierro en la cama y mis uñas se aferran a la almohada, aferradas al deseo de solo descansar un momento, caer en un sueño más profundo que mi deseo de amarte y fantasear contigo una vez más.
Cierro los ojos... mientras te entrego una sonrisa, mientras gravo en mi memoria todos y cada uno de los rayos de sol, las estrellas de la noche pasada y mi ceguera.
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Empiezo a respirar, abro los ojos.
No recuerdo cuanto dormí, pero si las veces que había olvidado sentir el placer de no sentir. Me interné en un lugar tan aislado del cual me enorgullece, me estremece y me hace sentir mejor que los días anteriores. Sentí, tus ojos sobre mi y esa voz ronca hablándome de lo mismo, siempre lo mismo, "no cambias", sin embargo, me siento mejor que otros días, por el simple hecho de saber que te tengo a ti...