Soy un paisaje que no podré tocar, una canción sin sentido y tantas imágenes por tomar.
Pruebo cada silencio, todas las estrellas, las letras tiradas en mi mesa y el café que resbala por la orilla de la taza cada mañana, me recuerdo en momentos, me reencuentro a instantes ajenos.
No he olvidado que me acomplejó...
No he recordado lo que borre...
Y sigo aquí, siendo la misma
corriendo a distancias que tal vez
nunca imaginé...
Atenta, serena y feliz dentro de un cuarto piso
con un libro en blanco y demasiada tinta para muchos años mas.