Siento recurrir a ti cuando las cosas de verdad están oscuras.
Sentir la precipitante sensación de querer deshacerme de todo me obliga a ponerme de rodillas cuando el en el cielo brilla con intensidad una estrella que se niega a dejarme sola por un segundo.
Aprendí a no necesitar a nadie, a dejarme de los problemas tanto como de las lagrimas.
Ahora una ardiente sensación me obliga a permanecer callada. Me obliga a doblegarme a un dolor ya conocido por los años y por mi interrogante historia... quiero que todo termine. Quiero cerrar los ojos y estar lejos, donde no existas, donde no me veas de noche, donde pueda por fin dejar de recordar para así poder entregarme por completo, sin dudas, sin lagrimas, sin nada mas que la idea de ser feliz.
