jueves, 21 de agosto de 2014

Por suerte, ya no estas aquí.

Te vuelves tan diverso, tan eterno, te me enredas en los recuerdos y me sacas suspiros tan profundos cada que recuerdo nuestras historias, aquellas tan perfectas, tan únicas, tan inesperadamente enteras sobre los dos.
Aun después de tiempo, puedo jurar que eras único, que tu gorro rojo me adentraba a un mundo sin estrellas, a ideas sin momentos, llevando conmigo sentimientos que nos dejaron atrapados. Me dejaron consumida en un mar sin oleaje, en una estrella sin universo, en mi corazón sin ti. Te volviste el mundo, el cielo, mis estrellas y todo aquello que dicen existe fuera. Todo aquello que sin ti, no tienen sentido en ningún lapso de historia, en ninguna idea sin fundamento.

Tu mente, mis manías y un poco de tiempo, fue lo que le falto a mi vida todo este tiempo. Por suerte, ya no estas aquí, solo tus letras, mis memorias y una que otra visita inesperada. 
Se que volverás, cuando yo tenga las palabras correctas, por fin, mereceré la idea de saber
que aun me recuerdas.