Me gustaría encontrar las palabras adecuadas para describir la sensación de ardor sobre el pecho que eh tenido desde que me tope contigo esta mañana, sobra decir que las condiciones del cielo y la tierra eran nada parecidas a la tormenta de viento que había experimentado sobre mi cama unas horas antes, mientras intentaba ocultar lo que no quiero volver a ver, ignorando el frío de diario y el ensueño causado inconscientemente por mi ciego caminar.
La noche paso tan diferente, me encontraba en el mismo lugar de siempre, sin embargo todo era distinto, no podía asegurar que era el espacio del que ya me había acostumbrado desde hace algún tiempo atrás por pura necedad, las cosas cambiaron de lugar únicamente para mis ojos, mi corazón dio un vuelco, se enterró en la pared blanca y simplemente se limito a sugerir un poco mas de él como acostumbramos todas las noches.
No queda nada mas que la espera, de olvidar donde se ah escondido...