Lo deje por miedo a abrir recuerdos ajenos, a despertar en mi el interés por volver a recordar, como hace tanto tiempo. Deje que las plantas crecieran, que echaran raíces mas allá del suelo, para así fijarme un momento de mi historia, al cual no debo desafiar, ni cuestionar porque tantos viajes, tantas perdidas, tantas ausencias en mi cuerpo y tantos olvidos en mi mente.
Deje que el jazmín floreara tanto como se le viniera en gana, deje que las flores amarillas tomaran el sol de medio día mientras mi café aguardaba en algún rincón de mi biblioteca de causas perdidas...
Quisiera poder traer a mi mente aquello que debía recordar que era importante, pero para entonces, ya no lo es, ni lo será nunca mas...
Y camino, a pasos cansados, afligidos y sin ánimo de volver a remover la tierra...