Historias que es mejor no intentar comprender aceptarlas como son y retroceder en el tiempo a un lugar mejor, a una burbuja de cristal que cierre mis oídos y mis puertas a todos.
A veces es mejor no recordar, no entender, siquiera intentar entrar en lugares a los que sé casi de memoria lo que ocurrirá. Pero soy terca, el corazón necio y mi historia da vueltas en un circulo eterno de no quererme. De desearme no estar con alguien. De evitarme sufrir... No hay momento del día en el que no lo lamente, no lo piense, no pueda apartarlo de mi. Dejarme caer en mi vacío, en mis pensamientos, en mis sueños que jamas se van y se aferran a mi historia de la cual quisiera por todo y todos poder desprenderme...
Y ellos me miran por siempre, tan atentos y callados, tan distantes, eternos. Esperando que un día de estos recuerde que estarán ahí, toda una vida para mi, una vida recordándome que no estaré intensamente atrapada en este lugar. Ellos siguen, llorando, sonriendo, volviéndose eternos en mis ojos y al mismo tiempo lejanos en una eternidad que tal vez jamas llegaré a comprender. No se alejen de mi, por favor.
Y ellos me miran por siempre, tan atentos y callados, tan distantes, eternos. Esperando que un día de estos recuerde que estarán ahí, toda una vida para mi, una vida recordándome que no estaré intensamente atrapada en este lugar. Ellos siguen, llorando, sonriendo, volviéndose eternos en mis ojos y al mismo tiempo lejanos en una eternidad que tal vez jamas llegaré a comprender. No se alejen de mi, por favor.
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